`Pecado contra el Espíritu Santo
Sabemos que no hay límites a la misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acoger la misericordia de Dios mediante el arrepentimiento rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo. Semejante endurecimiento puede conducir a la condenación final y a la perdición eterna
El Pecado que no tiene perdón:
Leemos en las Sagradas Escrituras: “El que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón nunca, antes bien será reo de pecado eterno” (Mc. 3, 29)
La blasfemia contra el Espíritu Santo es imperdonable, por que se trata de rechazo radical a la gracia que Dios ofrece para la conversión. Según Tomas de Aquino, “es un pecado irremisible por su misma naturaleza, por que excluye los elementos gracias a los cuales se concede le remisión de los pecados.
Tradicionalmente se consideran los siguientes:
Desesperar de la misericordia de Dios: Esto nos quiere decir, que pensemos que hemos cometido un pecado y dudar que Dios nos lo va a perdonar, por lo duro que fue el pecado, es valida la duda, pero lo que no es valido y es pecado contra el Espíritu, es el hecho de convencernos de que Dios, no nos vaya a perdonar ese pecado, por que estamos dudando plenamente de la acción del Espíritu y de la misericordia infinita de Dios.
Presunción de salvarse sin ningún mérito: Muchas veces decimos, yo me confieso al menos dos veces por mes aunque no he cometido pecado mortal, siempre voy a misa, cumplo con mi familia, etc., y pensamos que con eso ya estamos salvados, pero olvidamos las obras de misericordia, olvidamos la humildad, la caridad y muchas otras cosas más, que también nos llevan a la gracia de Dios. El hecho del pecado contra el Espíritu en esto que les digo, no es tanto en no hacer obras de misericordia u olvidar la humildad, sino en presumir una salvación inexistente por lo dicho anteriormente.
Impugnar las verdades de la Religión: Hay que poner mucha atención en este apartado, ya que impugnar o negar las verdades de nuestra Fe, también son parte de la blasfemia o pecado contra el Espíritu, y nos preguntaremos pero de que verdades estamos hablando, esas verdades son simples, el hecho de negar la maternidad de que María es Virgen y Madre de Dios, también de que Jesús fue concebido por obra del Espíritu sin relación sexual, también el hecho de que Jesús haya mantenido la castidad a lo largo de su vida, una muy fuerte es dudar de la autoridad del Papa, ya que el mismo Jesús le dio el poder a Pedro y a todos sus sucesores, y hay muchas otras verdades de Fe que contiene la Biblia, y son verdades aunque sea difícil creerlas.
Envidiar las gracias que Dios ha dado a otros: Este al igual que los demás es grave, pero tiene una particularidad, la envidia, uno de los siete pecados capitales. El envidiar las gracias que Dios ha dado a los demás, nos lleva a cometer cualquier tipo de atrocidad, con tal de acabar con esa persona o con la gracia que Dios le ha regalado, un ejemplo para que sea mejor entendido es, una persona que es muy amable y por esa virtud tiene gran cantidad de amistades, pero hay una persona que le envidia esa virtud, por el hecho de que por su forma de ser no le permite tener amigos, y trata de desprestigiar a esa persona, diciendo o hablando cualquier mentira de ella.
Obstinación de los propios pecados: Este es uno de los mas graves, ya que como hemos tratado en apartados anteriores, se niega la gracias de Dios, y sobretodo, sabemos que estamos cometiendo un pecado mortal, pero tanto es el placer terrenal que nos brinda este pecado, que simplemente no le damos importancia a que es un pecado mortal y lo cometemos regularmente con plena conciencia.
Impenitencia Final: Es la perseverancia hasta la muerte en pecado mortal. Esta impenitencia es contra el Espíritu Santo en el sentido que frustra y es absolutamente opuesta al perdón de los pecados, y este perdón de apropiada al Espíritu Santo, el mutuo amor del Padre y el Hijo.
El catecismo de la Iglesia Católica en su número 1864, nos dice que no hay límites para la Misericordia de Dios, pero quien se niega deliberadamente a acogerla, mediante el arrepentimiento, rechaza el perdón de sus pecados y la salvación ofrecida por el Espíritu Santo. Semejante endurecimiento puede conducir a la perdición condenación eterna. No porque la Iglesia y el Señor no puedan perdonarle, todo lo contrario, sino mas bien porque la persona misma, voluntariamente ha rechazado este perdón y salvación dadas por Dios.
Juan Pablo II en su encíclica sobre el Espíritu Santo Dominum et vivificantem (Al Señor y Vivificador) 46-48, explica el pecado contra el Espíritu:
"Esta blasfemia no consiste en el hecho de ofender con palabras al Espíritu Santo; consiste, más bien, en el rechazo de aceptar la salvación que Dios ofrece al hombre por medio del Espíritu Santo."
Mas adelante dice: "...consiste en el rechazo radical de aceptar esa remisión, de la que el mismo Espíritu Santo es el íntimo dispensador, y que presupone la verdadera conversión obrada por El en la conciencia" Si Jesús declara imperdonable este pecado es "porque esta no-remisión está unida, como a su causa, a la no-penitencia, es decir, el rechazo radical a la conversión del propio espíritu, hacia el bien de Dios.”
Como nos lo explica el Papa, el pecado contra el Espíritu Santo consiste en la resistencia y el rechazo a la conversión. Es el Espíritu Santo el que nos convence del pecado ( Jn 16:8-9). Rechazar en nuestro corazón esta realidad y obstinarnos en el mal nos lleva a este pecado. Esta era la actitud de los fariseos, que se cerraron a la aceptación del plan divino para reconciliarse con los hombres.
Se dice que los pecados contra el Espíritu Santo son imperdonables, aunque el significado de esta afirmación variará bastante de acuerdo a cual de las tres explicaciones dadas mas arriba es aceptada.. En cuanto a la impenitencia final, esto es absoluto; y esto es fácilmente entendido, porque incluso Dios no puede perdonar donde no hay arrepentimiento y el momento de la muerte es el instante fatal después del cual ningún pecado mortal es perdonado. San Agustín, al considerar en las palabras de Cristo la implicancia de absoluta inperdonabilidad, que sostuvo que el pecado contra el Espíritu Santo es solamente el de la impenitencia final. En las otras dos explicaciones, de acuerdo a Santo Tomás, el pecado contra el Espíritu Santo es perdonable - no absolutamente y siempre, que (considerado en sí mismo) no sean extenuantes las demandas y las circunstancias, la inclinación hacia el perdon, puede ser solicitado en el caso de pecados de debilidad e ignorancia. Aquel que, por pura y deliberada malicia, rehusa reconocer la obra manifiesta de Dios o rechaza los medios necesarios de salvación, actúa exactamente igual al hombre enfermo que no solo rehusa toda medicina y alimento, sino que hacer todo lo que está en su poder para aumentar su enfermedad, y cuyo mal se torna incurable debido a su propia acción. Es verdad que, en cualquier caso, Dios podría, por un milagro, vencer el mal; El podría, por Su propia onmipotente intervención, ya sea anular las causas naturales de la muerte corporal, o radicalmente cambiar la voluntad del pecador porfiado, pero tal intervención no estaría de acuerdo con Su providencia ordinaria; y si el permite las causas secundarias para actuar, si El ofrece al hombre libre voluntad de gracia ordinaria pero suficiente ¿ quién podría tener motivo de queja?. En una palabra, la imperdonabilidad de los pecados contra el Espíritu Santo es exclusivamente por el lado del pecador tomando en cuenta los actos del pecador.
El otorga don de lenguas (Hechos, ii, 4;x, 44-47). Y en tanto habita en nuestros cuerpos, los santifica (I. Cor., iii, 16; vi, 19) y de esta manera los levantará nuevamente, un día, de la muerte (Rom., viii,11). Aunque El obra especialmente en el alma, dándole nueva vida (Rom., viii, 14-16; II. Cor., i,22; v,5; Gal., iv,6). El es el Espíritu de Dios, y, al mismo tiempo, el Espíritu de Cristo (Rom., viii,9); porque El está en Dios, El conoce los misterios mas profundos de Dios